jueves, 20 de diciembre de 2012

Evitar la aparición de moho y aprende a combatirlo

El moho es ese elemento incomodo y desagrable que nos puede fastidiar una estancia de la casa. Antes de poder arreglarlo con pintura, debemos saber como actuar para eliminarlo completamente. Debemos saber que la principal causa de la aparición en nuestros techos y paredes del moho proviene de la condensación que se produce en el interior de las viviendas.

La humedad, el polvo y el calor, unidos a la falta de luz, son las condiciones ideales para que el moho se propague por nuestros hogares, provocando incomodidades estéticas y de salubridad. Por tanto, para acabar con este hongo, lo primero que debemos hacer es suprimir las causas que propician su aparición.



Si creemos que la humedad puede ser la causante, colocaremos bolas de absorción de cloruro de calcio y, sobre todo, ventilaremos periódicamente la estancia. Asimismo, una habitación soleada y seca difícilmente acogerá colonias de hongos.

Después, procederemos a limpiar la superficie afectada con agua y detergente. Así quitaremos el grueso de la mancha. Es fundamental eliminar cualquier resquicio del hongo, por lo que aplicaremos con la esponja el líquido limpiador antimoho y dejaremos que actúe durante un mínimo de tres horas.
Este producto no blanquea, es decir, no elimina la mancha, pero sí el origen de ésta, que es el moho. Es altamente fungicida y bactericida, por lo que desinfecta y descontamina la superficie.

Para el acabado aplicaremos, como ya hemos avanzado antes,  dos capas de una pintura plástica antimoho, dejando transcurrir al menos cuatro horas entre ambas aplicaciones. Este revestimiento evita la formación de moho en aquellos ambientes que le son propicios y su reproducción mediante esporas; además, es totalmente lavable y no salpica durante su aplicación.